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Análisis de Denon SC3900

Hola a todos de nuevo.

En primer lugar, quiero dejar claro que voy a intentar dejar de lado ciertos prejuicios que normalmente nos acompañan con las marcas; sin embargo, por otro lado no podemos obviar la historia que cada una tiene. Como podéis adivinar, se trata de la eterna discusión Denon vs. Pioneer.

Mi humilde opinión al respecto es que, partiendo de la base de que ambas tienen unos excelentes productos, y aunque haya gente que lo quiera negar, Denon siempre ha estado ahí con los reproductores de CD para DJ (creo recordar que aquellos dobles enrackables eran los DN-D2000, o algo así). Por otro lado, recordemos que Pioneer, con su serie 500, fue la primera en dar visibilidad a los reproductores de carga superior, más parecidos a los platos de toda la vida. ¿Prestaciones de ambas marcas? Por lo que yo he podido comprobar, muy parejas. He tenido Pioneer CDJ-200S, CDJ-800, Denon DN-S300, DN-S3500, y ahora los SC3900. Y personalmente me ha gustado LIGERAMENTE más Denon, por construcción, robustez y prestaciones, pero, insisto: LIGERAMENTE. Me gustó más el DN-S3000 que el CDJ-800, y por eso vendí este último y me quedé con la pareja de Denon. Pero si hubiese hecho lo contrario, no me habría confundido en absoluto. Por favor, releed lo de «ligeramente», que no quiero discusiones.

Pero, de repente, hace unos años, apareció lo que prometía ser el reproductor definitivo. He querido con devoción la serie SL de Technics desde que tengo uso de memoria musical. Y el SL-DZ1200 prometía ser «lo mismo, para CD». Todos estábamos ilusionados. Era ¡hasta bonito!, comparado con los reproductores con tapa de Cola-Cao que teníamos por aquel entonces. Sin embargo… ¡qué pena! Como concepto era redondo -bueno, cuadrado 😛 -, pero la ejecución dejó bastante que desear. Parecía robusto, «pesaba», pero la implementación de software… Aunque por otro lado, creo que se fue muy cruel con ese modelo; no se le dio opción alguna a «reencauzarse» (y me da la impresión de que tampoco hubo mucho interés por parte de Technics).

Desde entonces, la tendencia habitual en la gama media-alta de las dos principales marcas ha sido, como todos sabéis, que Pioneer optase por una configuración de «jog estático», que detecta la presión para saber cuándo vamos a «scratchear», y cuyo lateral sirve para adelantar o retrasar la reproducción, y por otro lado Denon, incluyendo también ese modo, nos ha dado la posibilidad de utilizar un disco, usando un motor de tracción directa de gran par (en los S3000 era de correa, pero iba bastante mejor de lo esperado.

Sin embargo, la mayoría no nos atrevíamos a dar los toques en el lateral de la bandeja giratoria de los Denon, por varios motivos: era más que probable que, sin querer, tocásemos el disco, y empezásemos a scratchear (el lateral era muy «vertical», y ¡con estrías en vertical, absurdo para hacer un ajuste fino!), y, lo más importante, era una bandeja giratoria «demasiado» pequeña como para tener precisión. Sobre todo, si estábamos haciendo una sesión mixta vinilo/CD, era ciertamente distinto el tacto, la precisión al empujar o frenar, que uno y otro reproductor ofrecían. Total, que, al final, acabábamos usándolo como si fuese un Pioneer. O, en mi caso, directamente usaba sólo el pitch bend (+ y -), y el deslizador del pitch.

Seguíamos sin tener la sensación de tener «el reproductor definitivo», el que fuese una traducción directa de un Technics SL sobre audio digital. Sí, teníamos emuladores, mapas MIDI, loops, samplers… y precios de todos los olores, colores, sabores, tamaños y formas. Pero parecía que siempre podía aparecer «algo más».

¿Sería ese «algo más» el SC3900?

 

DENON: SERIES DN-S Y SC

Ya centrándonos en Denon, como os decía he sido el feliz poseedor de un DN-S3000, un DN-S3500, y ahora de un SC3900. No tuve la suerte de tener un DN-S3700, pero, la verdad, no aportaba mucho, PARA MI CASO, con respecto a un S3500.

El proceso mental en mi caso fue: vale, un DN-S3000 «incluye» un CDJ-800 (excepto la creación automática de loops, que iba MUY BIEN en los Pioneer). Adquirí el S3000. Terminé muy, muy contento con ellos. Pero eso de la tracción directa que tenía el modelo sustitutivo, el S3500, sumado a los efectos, al sampler… me llamaba.

Y lo adquirí .Lógicamente, miré también Pioneer, pero me seguían convenciendo más las prestaciones del S3500 que las de un CDJ-850 o incluso un CDJ-1000, para lo que yo necezitraba. Los compré en EEUU, y, por lo tanto, venían con transformador; ningún problema.

Sin embargo, eran muy «exquisitos» con los CDs mal grabados: resulta que estaba usando una grabadora en mal estado, y parte de mi colección de CDs (que, gracias a Santa Tecla, conservo también en WAV) daba problemas al reproducirlos. Pensé en regrabar los CDs, pero era un trabajo realmente tedioso. Y no, NO ME GUSTA REPRODUCIR MP3 para pinchar (a ver si publico algo relativo a eso).

Así que, de nuevo, miré qué había en el mercado. Y parece que me leyeron la mente, no sólo porque los SC3900 pueden reproducir desde un pendrive, sino que, además, ¡pueden reproducir WAV y compartir contenidos en hasta 4 reproductores! ¡Genial! Que sí, que luego tienen MIDI, control de emuladores, y tal… pero sigo pinchando a la vieja usanza, y no creo que le vaya a sacar mucho partido.

Vendí los 3500 una mañana, y por la tarde encargué los SC3900. Al día siguiente llegaron, y…

 

DENON SC3900: PRIMERAS IMPRESIONES

Por suerte, el sistema de fijación del disco es bastante más robusto que en los DN-S3500 (¿quién no ha roto alguna de las «grapas» de plástico que venían? En mi caso, acabé usando un par de juntas tóricas).

La construcción es robusta. Parecen más planos que los 3500, pero más anchos y largos (¡Hala, a rehacer el soporte!). Sin embargo, habría preferido que mantuviesen el frontal de metal; ahora, la apariencia es más «plasticosa», que era algo que no me gustaba de Pioneer. Y pesa. Pesa mucho más de lo que pudiese parecer.

El disco encaja a la perfección, y no parece tener oscilaciones ni holguras. Eso sí, me imagino que a medida que pase el tiempo, el patinador ofrecerá menos adherencia: por ahora, con media hora de uso, el vinilo apenas desliza. Le tendré que poner otro patinador; no problem.

Me gusta que la ranura del disco sea estrecha, para evitar en la medida de lo posible la entrada de polvo. Y que la del USB lleve tapita, pero no se retira con mucha facilidad, y no parece muy robusta en su sistema de anclaje para no perderla.

Sin embargo, hay cosas que, en el ratillo que estuve manejándolo ayer, sí eché realmente de menos: los efectos y, sobre todo, el sampler.

Por suerte, el efecto de «frenada» ahora está implementado directamente en una ruedezitra con la que regulamos el tiempo que tarda en pararse desde que se pulsa el botón de Start (igual que el tiempo de arranque). Y funciona bien, sin generar artefactos, al menos que se escuchen. Pero un flanger o un paso bajo-medio-alto, como tenía en los 3500, viene bien.

Lo peor es lo del sampler; vale, tenemos 4 «hot cues» que funcionan a las mil maravillas, y podemos desatar la vena creativa con ellos, yéndonos a puntos que podemos usar como «samples». Pero la reproducción sigue a partir de ese punto, así que no podemos, por ejemplo, capturar una frase o una palabra y repetirla de vez en cuando; tenemos que ir a ese punto, y sigue la reproducción desde ahí.

Otra cosa extraña, al menos sin tenerla controlada aún, es la generación de bucles. En el 3500 no era automática, y para recortar tenías que ir al modo «trim». Ahora es más fácil: recortamos a la mitad, mitad de la mitad… es decir, es fácil hacer una «metralleta». Peeero, al menos por ahora, no sé cómo hacer el loop automático y que quede bien. Y era música house muy rítmica, sin mucho «groove» que pueda confundir al reproductor.

El scratch va MUY, MUY BIEN. Es preciso; hay una pequeña guía visual de la posición en la que estás en la propia pantalla (parecida a la «galleta» central de los Pioneer). Y el sonido es bastante natural, sin el típico problema de interpolación de este tipo de aparatos (al menos, para mis oídos de hormigón armado).

Eso sí, LO QUE MÁS ME GUSTA: ponerlo en modo vinilo, y usarlo como si lo fuese. Empujar el giradiscos, poner el dedete para frenarlo un poco… tiene MUY BUEN TACTO. El disco, vale, no es un 12″, sino que es de 9″, pero sí nos da esa precisión que añorábamos en los modelos anteriores, a los que hacía referencia al principio de este artículo. Habría dos cosillas a mejorar en ergonomía: la pantalla sobresale del frontal, y hace que, si queremos emplear el mismo «arco» al empujar el disco que usaríamos en un Technics SL, los dedos impacten en la parte lateral de la pantalla, o incluso nos los pillamos un poco. Imagino que los «turntablists» posiblemente pongan el SC3900 en posición transversal, para tener más recorrido. Y la otra mejora «ergonómica» son los botones de pitch bend; en el 3500 eran muy, muy cómodos y fáciles de localizar aun sin mirar el reproductor. En el 3900 están prácticamente enrasados con el frontal, y, al menos en este poco tiempo que he tenido, no me resulta tan intuitivo localizar esos botones.

Una cosa que me ha llamado la atención es que los botones de CUE y START ahora son rígidos. Muchos érais los que os quejábais de que en los modelos anteriores (al menos en el S3000 y el S3500) fuesen de «goma semirrígida», pero en mi caso, esa «flexibilidad» nunca me ha molestado, salvo porque me daba la impresión de que, en el futuro, pudiese amarillear en ambientes de humo o con luz del sol.

El pitch va muy preciso, pero estoy esperando el día en que a los fabricantes de este tipo de reproductores se les ocurra la idea de poner un pequeño vástago interno que haga que se pueda activar o desactivar el «enclavamiento» en el 0%. Es algo físico; no afecta a la resolución del pitch en sus alrededores (como pasa en un Technics SL-12×0 MK2), pero muchos de nosotros tenemos la manía de huir de ese «click» central. Otra cosa relacionada con el pitch que estoy deseando ver en algún modelo es un recorrido «asimétrico»; muchos de nosotros solemos pinchar el 99% de los temas con pitch positivo, o no inferior al -1% ó -2%. Por lo tanto, esa parte negativa del recorrido está desaprovechada; con un reproductor digital, se podría subsanar muy, muy fácilmente. O bien poniendo el rango de -2 a +10 (por ejemplo), para ganar precisión, o bien permitiéndonos ajustar a los usuarios dónde poner el 0% dentro del recorrido. No me parece mala idea.

Eso sí, también tengo que decir que me llevé un «sustete»: abrí el primer SC3900, y todo como la seda. Pero al montar el segundo, y darle a reproducir un disco, de repente se empezó a acelerar el plato hacia atrás que creía que saldría volando. Y al rato, en una mezcla, me quedé sin audio. Apagué y volví a encender, y ya parece estabilizado, pero me dio un poco de «malas vibraciones». A ver si hoy o mañana los pruebo más en profundidad.

Intentaré subir fotos para enriquecer esta entrada un poco, e ilustrar algunos puntos a los que me refería.

Mientras tanto, mi reflexión: hay cosas que echo de menos de los 3500 (sampler y efectos, principalmente). Otras cosas son geniales: el tacto y la fuerza del plato, el poder reproducir en varios SC3900 desde un pendrive, que lea WAV (aún lo tengo que comprobar), o el funcionamiento de los hot cues. Sin embargo, debo decir que, para aquellos que estéis acostumbrados a trabajar sólo con CDs, este SC3900 no aporta una gran cosa. Es decir, para DJs más «clasicotes», entre los que me encuentro, posiblemente el salto generacional que supone no es tan grande como podríamos esperar. Pero si queremos chutar música desde un USB sin gastar ni vinilo, ni lente, ni nada, es buena inversión. Y, por supuesto ,si queremos usar MIDI, emuladores, etc. Pero eso aún me viene grande, je, je.

A ver si profundizo un poco más, o incluso hago algún pequeño vídeo.

Un saludo, y gracias por leerme 🙂 Ah, y disculpad que a veces me ponga un poco pesado con las divagaciones…