Archivo de la etiqueta: 500

Mezcladores Cloud CXM

Esta vez voy a escribir acerca de unos mezcladores poco conocidos aquí en España, pero que merecen un reconocimiento no sólo por haber tenido su hueco en el glorioso mercado analógico europeo de hace 2 décadas (estos mezcladores se descatalogaron en 2003), sino que tuvieron que remar desde el Reino Unido, cuyo fabricante de mezcladores para DJ por excelencia resultaba ser la venerable Formula Sound.

TIPO DE MEZCLADOR

Conceptualmente, obedece a lo que habitualmente llamamos mezcladores «tanque»: modulares, típicamente en rack de 19 pulgadas, con placas de componentes discretos DIP, sin procesador digital de señal (vamos, puramente analógicas), con fuente de alimentación externa, y con una robustez en la construcción digna de un tanque Abrams.

Cloud CXM 1 - Front Panel_1 - copia (1920x1280)

Su configuración es muy parecida a las Ecler SCLAT, pero especialmente a las Formula Sound PM: dos tornillos en el frontal que permiten soltar el canal, y conectores en la parte posterior que van directamente unidos a una plaquita que queda enrasada con el chasis. Para soltar totalmente el canal, se libera un bus flexible («ribbon») que lleva unas pinzas en los lados para evitar que se suelte. Vamos, una configuración muy, muy sencilla, que permite el cambio de placas o canales incluso en directo.

SERIES Y MODELOS

Por lo que tengo entendido, hubo dos generaciones de Cloud CXM. La primera, que es de la que más comentaré puesto que es de la que tengo ambos modelos, pareció disponer de dos paneles frontales: uno con los vúmetros en vertical, y otra con ellos en horizontal, cada uno de ellos con una distribución distinta de los controles. Luego llegó la CXM 2, con «Cloud M2» serigrafiado en la parte superior de su módulo master, y que es de la que tienen las fotos subidas aún en la web de Cloud ( http://www.cloud.co.uk/products/archive/detail.php?id=53 ).

En concreto, la que dispone de los vúmetros en horizontal dispone de más controles en el módulo de salidas, aparte de que existe un módulo auxiliar de 3 zonas independientes (CZ1, que implica sacrificar un canal).

El módulo de salida puede ser, como decía, de tres tipos: el de vúmetros horizontales, el de vúmetros verticales (referencia M1, que se ve en este vídeo de Tiësto junto con el módulo de triple salida: https://youtu.be/ztu766hyTM4?t=5m10s ), y otro en el que se puede seleccionar la banda sobre la que se puede aplicar el crossfader.

Zitro - Cabina con Cloud CXM 1_2 (1920x1280)

Aquí veis el módulo de salida con los vúmetros en horizontal

 

PLACAS DE CANAL

Cada canal, como decía, es un bloque en el que se incluye el frontal, la parte trasera con conexiones, el fader y la placa de canal. Ésta se une al resto de la mesa mediante un bus que se libera con esas pinzas que comentaba.

Los módulos disponibles son únicamente estéreo (CS1) o para micro (CM1). El primero, que es el que realmente me interesa, dispone de preamplificador RIAA, que se puede seleccionar internamente mediante una especie de «pastilla» que incorpora jumpers en su interior. El mismo sistema se utiliza para seleccionar el rango de ecualización: +/-6 ó +/-12 dB.

Cloud CXM - Channel board_10 (1920x1280)

Con esta posición de los jumpers tendríamos la ecualización con +/-6 dB…

Cloud CXM - Channel board_15 (1920x1280)

…y así la tenemos a +/-12 dB.

Tenemos los controles típicos de cualquier mesa (selector de entrada, ganancia, ecualización de tres bandas, lado del crossfader, balance, fader…) y además dos buses auxiliares, como en una PM100, pero en este caso ambos van mediante potenciómetro (recordad que en la Formula Sound uno de ellos va mediante un botón conmutador). Es decir, de nuevo, tendríamos «una mesa rotatoria» (en este caso, dos) incluida en el mezclador.

Además, podemos seleccionar el canal como mono, y tenemos el clásico disparador de arranque («Start») activado mediante botón; en otras mesas, como las SCLAT, ese sistema podía integrarse en el fader mediante un pequeño relé, para activar el cierre por contacto. En la ClubMix creo recordar que se podía configurar el botón de «ON» en cada canal para tener el mismo control que tenemos aquí en las CXM. Lógicamente, esto viene heredado sobre todo del mundo radio/broadcast, y no creo que a día de hoy interese mucho, aunque todo va por modas y barrios, y lo mismo a alguien le da el punto de lanzar loops así. Bueno, no me lío más con esto, que un párrafo ya me parece demasiado.

Los faders son de 100 mm, es decir, recorrido largo. Los que vienen en mis dos mezcladores -y por tanto deduzco que era el estándar- son 10kAx2, es decir, estéreo, de 10 kOhm, con curva logarítmica. Pero lo mejor es que son ALPS de la serie «K». Me encantan. Y, por cierto, no son baratos, pero en medida de 60 mm son aún más difíciles de encontrar si no es a través de repuestos de alguna marca. En 100 mm simplemente se pagan, y ya está (por ejemplo, en

Cloud CXM - Channel board_4 (1920x1280)

K-ALPS 10kAx2

Los potenciómetros son todos del mismo valor: 10kBx2 (lineales, estéreo, de 10 kOhm) con vástago de 6 mm, del fabricante ALPS (¿o era Alpha? Creo recordar que en esta es ALPS). Pero un detalle que me ha gustado mucho es que los potes que necesitan click central, lo llevan: los tres de ecualización y el de balance. El resto (ganancia y los dos envíos auxiliares) no llevan ese enclavamiento central. Ese es un detalle del que carecen, por ejemplo, las Formula Sound FSM-600 o las Ecler SCLAT, que usan en la placa de canal todos los potenciómetros similares entre sí, con enclavamiento central. O Rodec, que hace todo lo contrario: todos SIN enclavamiento central (lo hablé con ellos, y es un tema de «diseño, porque en Centroeuropa los prefieren así»; lo admito, pero ¿en Centroeuropa también prefieren que el balance no tenga click central? Sinceramente, no lo creo).

Cloud CXM - Channel board_11 (1920x1280)

Potenciómetros de envío a auxiliares y balance

Cloud CXM - Channel board_12 (1920x1280)

Potenciómetros de ganancia y de EQ

Gran detalle tener un LED de pico (peak) para monitorizar si estamos saturando con la señal de ese canal. Aunque echo de menos que otros fabricantes hiciesen lo que Pioneer (¿¿¿Zitro alabando algo de Pioneer??? Sí, al César lo que es del César…), de poner un vúmetro por canal, aunque sea la suma de canales o mono, y no estéreo. Pero ayuda mucho, sobre todo si pinchas a más de dos platos. Pero lo del peak me gusta (recuerdo que lo tenía en una JBSystems, mi segunda mesa tras una Akiyama sin ecualización).

Eso sí, un pequeño detalle que NO me ha gustado es que los amplificadores operacionales no vayan montados en zócalo, como hacen Formula Sound, Hi-Level y Rodec, sino que van directamente soldados a la placa (como en las Ecler), lo cual supone un problema a la hora de sustituirlos y/o jugar con otros operacionales, puesto que supone desoldar y soldar la garrapatilla; no es lo más cómodo del mundo.

MÓDULO MASTER (DE SALIDA)

Una cosilla que quería comentar aquí, sin haber desmontado el módulo por completo, es que es un poco faena que para cambiar los faders haya que sacar todas las placas de este módulo, puesto que, si os fijáis, los faders no llevan los típicos tornillos en sus extremos, sino que van fijados por su parte inferior a la placa.

No resulta muy relevante, porque la verdad es que no son faders de uso intensivo, pero creo que son los mismos que utilizaban las DJM-500 como faders de canal. Me parece bien que Cloud haya puesto estos faders de menor calidad aquí (no es necesario nada mejor, la verdad) y haya destinado parte del dinerete a montar los K-Alps en cada canal.

Llama la atención la distribución de los LEDs en los vúmetros; igual que en otras mesas tenemos rangos muy grandes por debajo de los 0dB, aquí el rango es prácticamente simétrico, lo que provoca que si estamos ajustando la ganancia de los canales a -3dB (si pinchamos a 2 platos) o a -6 dB aproximadamente (si lo hacemos a más), perdemos mucho detalle de los niveles, puesto que nuestra señal únicamente cubrirá 2 ó 3 LEDs del vúmetro.

CONEXIONES

Como ya he comentado, cada canal lleva sus propias conexiones por debajo, que en el caso del canal estéreo son dos: Línea (derecho e izquierdo) y Phono (ídem), no balanceados a través de conectores RCA («cinch»). ¿Y la toma de tierra? Es, como en las Formula Sound, un tornillado gordo que está en el módulo master. Esa es una de las cosillas que me gusta más, por comodidad, de las Ecler SCLAT: cada canal tiene su propia toma de tierra en el panel trasero de conexiones.

Ah, y no soy defensor de los paneles inferiores con conexiones (como curiosidad, en las SCLAT también se puede poner por abajo; por eso la parte inferior del chasis no tiene ambos paneles del mismo tamaño, sino que su parte más estrecha coincide con la medida de los paneles de conexión 😉 Ahí lo dejo), pero al final me he tenido que ir acostumbrando poco a poco.

Cloud CXM-Rear Panel_7 (1920x1280)

En esta imagen podéis ver la toma de tierra (el tornillo verde, común para todos los canales), la doble entrada estéreo por RCA de los módulos CS1, y las conexiones del módulo CM1

Eso sí, en las salidas, mucho ojo, porque dependiendo del módulo que tengáis, puede que tengáis salida por RCA o no (en cuyo caso posiblemente acabaréis utilizando una de las salidas de grabación para llevar la salida al ampli, si es que no tenéis un conversor XLR/RCA si vuestro amplificador sólo tiene entradas por RCA). Sin embargo, uno de los módulos master sí tiene salida de cabina (booth) por jack de 6.3 mm, mientras que el otro no dispone de esa salida.

Cloud CXM-Rear Panel_6 (1920x1280)

Aquí tenemos salidas estéreo con jack de 6.3 mm…

Cloud CXM-Rear Panel_1 (1920x1280)

…pero aquí no 😦

Con toda sinceridad, en esta última foto podéis ver que esa mesa tiene la friolera de 4 salidas estéreo de grabación: 2 de Main Programme y 2 de Music Only. ¿De verdad era necesario tener ambas por duplicado, y no tener ninguna de Programa/Master con conectores RCA?

VALE, PERO… ¿CÓMO SUENA?

El tiempo nos ha ido demostrando que no siempre la marca más extendida demuestra una mayor calidad, especialmente en estos tiempos gobernados por el marketing. Sabéis a lo que me refiero: esa dichosa frase de «es el estándar».

Mientras grandes marcas han copado las cabinas sobre todo desde la llegada del formato digital a manos de los DJs, otras marcas tienen igual o más solera desde hace décadas, con productos analógicos de altísima calidad, pero quizá por ser marcas más «locales/regionales» o porque la mayoría tenemos los oídos de madera, no han logrado seguir en lo más alto (asumiendo «lo más alto» como nivel de ventas).

Porque, sí, nosotros, los frikazos de las cabinas, no sólo conocemos lo más generalista (Pioneer y Allen & Heath, principalmente), sino también las marcas con más solera (Rodec, Formula Sound), y seguramente también esas marcas más locales que abastecían a mercados más pequeños por no poder expandirse tanto (Ecler aquí en España, Freevox en Francia, Hi-Level en Alemania, D&R con su ClubMix en Holanda… y como mucho en países aledaños, como por ejemplo Ecler en Francia). De hecho, algunas de ellas, a sabiendas de que el mundo DJ es objetivamente tan pequeño y a día de hoy tan permisivo con la calidad, tuvieron que seguir dedicándose a otros mercados, principalmente el de instalación y/o el de broadcast.

Pues posiblemente Cloud encaje perfectamente en el perfil de este tercer grupo: marca británica, como Formula Sound, que por suerte a día de hoy sobrevive con equipos de otro tipo.

¿Y qué tiene que ver esto con el sonido de la mesa? Pues que, nos guste o no, el coste y la calidad de construcción suelen ser directamente proporcionales, siéndolo también la calidad de sonido.

Confieso que compré las CXM más por curiosidad que por devoción. Obedecían a lo que me gusta en una mesa de mezclas, y me arriesgué. Pero cuando hice mis pequeñas pruebas, al margen de que necesitan algo de trabajo de reparación – como veis en las fotos-, me quedé muy, muy sorprendido. Tuve que cambiar la ecualización a +/-12 dB, porque los +/- 6 que venían originalmente no me resultaban perfectos para mi forma de pinchar.

Y sí: SONIDAZO. Me gusta muchísimo. Tiene un buen equilibrio entre contundencia en bajos (sin artificios; sonido noble, natural, pero profundo), y presencia plana, sin efectos raros, en altas. Al ecualizar corta bien; muy bien. No se cuela nada raro al quitar bandas. Y aunque aún no me he puesto a pinchar en sesión con ella, da seguridad saber que el sonido llega sin perder ni añadir nada.

De hecho, pensé en un primer momento que quizá sería una locura compararla con la ClubMix, sobre todo sin saber absolutamente nada de primera mano (haberla escuchado funcionando, quiero decir) de las CXM. La ClubMix, al final, es a la que estoy refiriendo los vídeos comparativos que estoy publicando (también podría hacerlo frente a la Hi-Level PM6000, con sonido también muy neutro – frente, por ejemplo, a la profundidad de la Formula Sound PM100).

Y, para no seguir enrollándome a lo tonto, dejo directamente el resultado; cada una tiene su propio sonido, pero no me atrevería a decir que una es significativamente mejor que la otra.

https://www.youtube.com/watch?v=WYouxzfMKz0

Aquí os dejo la comparativa de ambas curvas de transferencia que podéis ver al final del vídeo; no os fijéis tanto en la altura (cualquier pequeño desajuste en volúmenes) como en el espectro en sí; veréis que la entrega tiene básicamente el mismo «color», sin caídas o aumentos significativos en ninguna banda.

Cloud CXM Spectrum Analysis-Single

Análisis en frecuencia de una Cloud CXM (frente al tema Oliver Ho – Meta 8, con la ecualización que veis en el vídeo que cito unas líneas más arriba)

ClubMix Spectrum Analysis-Single

…y lo mismo en una D&R ClubMix

CONCLUSIÓN

Por si no lo he dejado suficientemente claro, es una mesa que ha superado, con mucho, las expectativas que tuve al fijarme en ella, y eso que eran ya de por sí altas.

Una construcción casi militar, unos componentes de altísima calidad, un diseño muy bien pensado, y un sonidazo espectacular. Una pena que aquí a España no llegasen más modelos de esta mesa, porque habría cumplido con creces para cualquier tipo de sala, desde las más exigentes a las más «locas». Pero, bueno, al menos teníamos también buenos cacharros (Rodecs, Eclers, Formulas, DJTools -que aún me queda por catar-), hasta que llegaron los ceros y los unos, que, como los de Atila (con h), por donde pasaron ya no volvió a crecer la hierba… analógica.

Un saludote a todos, y muchas gracias por leerme. Ah, y si encuentro algún dato, reflexión o tontería -lo más probable- que me haya dejado en el tintero, iré actualizando esta entrada.

¡Nos leemos!

 

Anuncio publicitario

Análisis de Denon SC3900

Hola a todos de nuevo.

En primer lugar, quiero dejar claro que voy a intentar dejar de lado ciertos prejuicios que normalmente nos acompañan con las marcas; sin embargo, por otro lado no podemos obviar la historia que cada una tiene. Como podéis adivinar, se trata de la eterna discusión Denon vs. Pioneer.

Mi humilde opinión al respecto es que, partiendo de la base de que ambas tienen unos excelentes productos, y aunque haya gente que lo quiera negar, Denon siempre ha estado ahí con los reproductores de CD para DJ (creo recordar que aquellos dobles enrackables eran los DN-D2000, o algo así). Por otro lado, recordemos que Pioneer, con su serie 500, fue la primera en dar visibilidad a los reproductores de carga superior, más parecidos a los platos de toda la vida. ¿Prestaciones de ambas marcas? Por lo que yo he podido comprobar, muy parejas. He tenido Pioneer CDJ-200S, CDJ-800, Denon DN-S300, DN-S3500, y ahora los SC3900. Y personalmente me ha gustado LIGERAMENTE más Denon, por construcción, robustez y prestaciones, pero, insisto: LIGERAMENTE. Me gustó más el DN-S3000 que el CDJ-800, y por eso vendí este último y me quedé con la pareja de Denon. Pero si hubiese hecho lo contrario, no me habría confundido en absoluto. Por favor, releed lo de «ligeramente», que no quiero discusiones.

Pero, de repente, hace unos años, apareció lo que prometía ser el reproductor definitivo. He querido con devoción la serie SL de Technics desde que tengo uso de memoria musical. Y el SL-DZ1200 prometía ser «lo mismo, para CD». Todos estábamos ilusionados. Era ¡hasta bonito!, comparado con los reproductores con tapa de Cola-Cao que teníamos por aquel entonces. Sin embargo… ¡qué pena! Como concepto era redondo -bueno, cuadrado 😛 -, pero la ejecución dejó bastante que desear. Parecía robusto, «pesaba», pero la implementación de software… Aunque por otro lado, creo que se fue muy cruel con ese modelo; no se le dio opción alguna a «reencauzarse» (y me da la impresión de que tampoco hubo mucho interés por parte de Technics).

Desde entonces, la tendencia habitual en la gama media-alta de las dos principales marcas ha sido, como todos sabéis, que Pioneer optase por una configuración de «jog estático», que detecta la presión para saber cuándo vamos a «scratchear», y cuyo lateral sirve para adelantar o retrasar la reproducción, y por otro lado Denon, incluyendo también ese modo, nos ha dado la posibilidad de utilizar un disco, usando un motor de tracción directa de gran par (en los S3000 era de correa, pero iba bastante mejor de lo esperado.

Sin embargo, la mayoría no nos atrevíamos a dar los toques en el lateral de la bandeja giratoria de los Denon, por varios motivos: era más que probable que, sin querer, tocásemos el disco, y empezásemos a scratchear (el lateral era muy «vertical», y ¡con estrías en vertical, absurdo para hacer un ajuste fino!), y, lo más importante, era una bandeja giratoria «demasiado» pequeña como para tener precisión. Sobre todo, si estábamos haciendo una sesión mixta vinilo/CD, era ciertamente distinto el tacto, la precisión al empujar o frenar, que uno y otro reproductor ofrecían. Total, que, al final, acabábamos usándolo como si fuese un Pioneer. O, en mi caso, directamente usaba sólo el pitch bend (+ y -), y el deslizador del pitch.

Seguíamos sin tener la sensación de tener «el reproductor definitivo», el que fuese una traducción directa de un Technics SL sobre audio digital. Sí, teníamos emuladores, mapas MIDI, loops, samplers… y precios de todos los olores, colores, sabores, tamaños y formas. Pero parecía que siempre podía aparecer «algo más».

¿Sería ese «algo más» el SC3900?

 

DENON: SERIES DN-S Y SC

Ya centrándonos en Denon, como os decía he sido el feliz poseedor de un DN-S3000, un DN-S3500, y ahora de un SC3900. No tuve la suerte de tener un DN-S3700, pero, la verdad, no aportaba mucho, PARA MI CASO, con respecto a un S3500.

El proceso mental en mi caso fue: vale, un DN-S3000 «incluye» un CDJ-800 (excepto la creación automática de loops, que iba MUY BIEN en los Pioneer). Adquirí el S3000. Terminé muy, muy contento con ellos. Pero eso de la tracción directa que tenía el modelo sustitutivo, el S3500, sumado a los efectos, al sampler… me llamaba.

Y lo adquirí .Lógicamente, miré también Pioneer, pero me seguían convenciendo más las prestaciones del S3500 que las de un CDJ-850 o incluso un CDJ-1000, para lo que yo necezitraba. Los compré en EEUU, y, por lo tanto, venían con transformador; ningún problema.

Sin embargo, eran muy «exquisitos» con los CDs mal grabados: resulta que estaba usando una grabadora en mal estado, y parte de mi colección de CDs (que, gracias a Santa Tecla, conservo también en WAV) daba problemas al reproducirlos. Pensé en regrabar los CDs, pero era un trabajo realmente tedioso. Y no, NO ME GUSTA REPRODUCIR MP3 para pinchar (a ver si publico algo relativo a eso).

Así que, de nuevo, miré qué había en el mercado. Y parece que me leyeron la mente, no sólo porque los SC3900 pueden reproducir desde un pendrive, sino que, además, ¡pueden reproducir WAV y compartir contenidos en hasta 4 reproductores! ¡Genial! Que sí, que luego tienen MIDI, control de emuladores, y tal… pero sigo pinchando a la vieja usanza, y no creo que le vaya a sacar mucho partido.

Vendí los 3500 una mañana, y por la tarde encargué los SC3900. Al día siguiente llegaron, y…

 

DENON SC3900: PRIMERAS IMPRESIONES

Por suerte, el sistema de fijación del disco es bastante más robusto que en los DN-S3500 (¿quién no ha roto alguna de las «grapas» de plástico que venían? En mi caso, acabé usando un par de juntas tóricas).

La construcción es robusta. Parecen más planos que los 3500, pero más anchos y largos (¡Hala, a rehacer el soporte!). Sin embargo, habría preferido que mantuviesen el frontal de metal; ahora, la apariencia es más «plasticosa», que era algo que no me gustaba de Pioneer. Y pesa. Pesa mucho más de lo que pudiese parecer.

El disco encaja a la perfección, y no parece tener oscilaciones ni holguras. Eso sí, me imagino que a medida que pase el tiempo, el patinador ofrecerá menos adherencia: por ahora, con media hora de uso, el vinilo apenas desliza. Le tendré que poner otro patinador; no problem.

Me gusta que la ranura del disco sea estrecha, para evitar en la medida de lo posible la entrada de polvo. Y que la del USB lleve tapita, pero no se retira con mucha facilidad, y no parece muy robusta en su sistema de anclaje para no perderla.

Sin embargo, hay cosas que, en el ratillo que estuve manejándolo ayer, sí eché realmente de menos: los efectos y, sobre todo, el sampler.

Por suerte, el efecto de «frenada» ahora está implementado directamente en una ruedezitra con la que regulamos el tiempo que tarda en pararse desde que se pulsa el botón de Start (igual que el tiempo de arranque). Y funciona bien, sin generar artefactos, al menos que se escuchen. Pero un flanger o un paso bajo-medio-alto, como tenía en los 3500, viene bien.

Lo peor es lo del sampler; vale, tenemos 4 «hot cues» que funcionan a las mil maravillas, y podemos desatar la vena creativa con ellos, yéndonos a puntos que podemos usar como «samples». Pero la reproducción sigue a partir de ese punto, así que no podemos, por ejemplo, capturar una frase o una palabra y repetirla de vez en cuando; tenemos que ir a ese punto, y sigue la reproducción desde ahí.

Otra cosa extraña, al menos sin tenerla controlada aún, es la generación de bucles. En el 3500 no era automática, y para recortar tenías que ir al modo «trim». Ahora es más fácil: recortamos a la mitad, mitad de la mitad… es decir, es fácil hacer una «metralleta». Peeero, al menos por ahora, no sé cómo hacer el loop automático y que quede bien. Y era música house muy rítmica, sin mucho «groove» que pueda confundir al reproductor.

El scratch va MUY, MUY BIEN. Es preciso; hay una pequeña guía visual de la posición en la que estás en la propia pantalla (parecida a la «galleta» central de los Pioneer). Y el sonido es bastante natural, sin el típico problema de interpolación de este tipo de aparatos (al menos, para mis oídos de hormigón armado).

Eso sí, LO QUE MÁS ME GUSTA: ponerlo en modo vinilo, y usarlo como si lo fuese. Empujar el giradiscos, poner el dedete para frenarlo un poco… tiene MUY BUEN TACTO. El disco, vale, no es un 12″, sino que es de 9″, pero sí nos da esa precisión que añorábamos en los modelos anteriores, a los que hacía referencia al principio de este artículo. Habría dos cosillas a mejorar en ergonomía: la pantalla sobresale del frontal, y hace que, si queremos emplear el mismo «arco» al empujar el disco que usaríamos en un Technics SL, los dedos impacten en la parte lateral de la pantalla, o incluso nos los pillamos un poco. Imagino que los «turntablists» posiblemente pongan el SC3900 en posición transversal, para tener más recorrido. Y la otra mejora «ergonómica» son los botones de pitch bend; en el 3500 eran muy, muy cómodos y fáciles de localizar aun sin mirar el reproductor. En el 3900 están prácticamente enrasados con el frontal, y, al menos en este poco tiempo que he tenido, no me resulta tan intuitivo localizar esos botones.

Una cosa que me ha llamado la atención es que los botones de CUE y START ahora son rígidos. Muchos érais los que os quejábais de que en los modelos anteriores (al menos en el S3000 y el S3500) fuesen de «goma semirrígida», pero en mi caso, esa «flexibilidad» nunca me ha molestado, salvo porque me daba la impresión de que, en el futuro, pudiese amarillear en ambientes de humo o con luz del sol.

El pitch va muy preciso, pero estoy esperando el día en que a los fabricantes de este tipo de reproductores se les ocurra la idea de poner un pequeño vástago interno que haga que se pueda activar o desactivar el «enclavamiento» en el 0%. Es algo físico; no afecta a la resolución del pitch en sus alrededores (como pasa en un Technics SL-12×0 MK2), pero muchos de nosotros tenemos la manía de huir de ese «click» central. Otra cosa relacionada con el pitch que estoy deseando ver en algún modelo es un recorrido «asimétrico»; muchos de nosotros solemos pinchar el 99% de los temas con pitch positivo, o no inferior al -1% ó -2%. Por lo tanto, esa parte negativa del recorrido está desaprovechada; con un reproductor digital, se podría subsanar muy, muy fácilmente. O bien poniendo el rango de -2 a +10 (por ejemplo), para ganar precisión, o bien permitiéndonos ajustar a los usuarios dónde poner el 0% dentro del recorrido. No me parece mala idea.

Eso sí, también tengo que decir que me llevé un «sustete»: abrí el primer SC3900, y todo como la seda. Pero al montar el segundo, y darle a reproducir un disco, de repente se empezó a acelerar el plato hacia atrás que creía que saldría volando. Y al rato, en una mezcla, me quedé sin audio. Apagué y volví a encender, y ya parece estabilizado, pero me dio un poco de «malas vibraciones». A ver si hoy o mañana los pruebo más en profundidad.

Intentaré subir fotos para enriquecer esta entrada un poco, e ilustrar algunos puntos a los que me refería.

Mientras tanto, mi reflexión: hay cosas que echo de menos de los 3500 (sampler y efectos, principalmente). Otras cosas son geniales: el tacto y la fuerza del plato, el poder reproducir en varios SC3900 desde un pendrive, que lea WAV (aún lo tengo que comprobar), o el funcionamiento de los hot cues. Sin embargo, debo decir que, para aquellos que estéis acostumbrados a trabajar sólo con CDs, este SC3900 no aporta una gran cosa. Es decir, para DJs más «clasicotes», entre los que me encuentro, posiblemente el salto generacional que supone no es tan grande como podríamos esperar. Pero si queremos chutar música desde un USB sin gastar ni vinilo, ni lente, ni nada, es buena inversión. Y, por supuesto ,si queremos usar MIDI, emuladores, etc. Pero eso aún me viene grande, je, je.

A ver si profundizo un poco más, o incluso hago algún pequeño vídeo.

Un saludo, y gracias por leerme 🙂 Ah, y disculpad que a veces me ponga un poco pesado con las divagaciones…